El nombre del bebé

Parecía tarea fácil, pero nada de eso. Escoger el nombre del bebé es más complicado de lo que parece. En nuestro caso queríamos ponerle un nombre que nos gustase a los dos y que no fuera muy sonoro para que encajara con nuestros apellidos -que ya lo son y mucho-.

El futuro superpapá tiene un apellido que tiene que deletrear siempre, así que creemos que el bebé ya tiene suficiente con eso, buscaremos un nombre sencillo, que todo el mundo sepa escribir, nada de "con h o sin h? con y o i? con b o con v?"
Esa idea no encaja con los nombres que el futuro superpapá tenía pensado, se ha dado cuenta de que los nombres exóticos no son los más idóneos.
Buscamos y rebuscamos, había nombres clásicos que nos gustaban, pero eran demasiados sonoros y al pronunciarlos con los apellidos, sonaba fatal.
Finalmente, nos quedamos con un nombre clásico, muy clásico, "clasiquísimo", nuestro pequeño se llamará Manuel. Casualidades de la vida -digo esto porque no queríamos  poner el nombre de su padre o de algún abuelo- era como se llamaba su bisabuelo.
Nos encanta la sonoridad del nombre con nuestros apellidos y el diminutivo Manu, claro que a lo largo de su vida lo llamarán  por el apellido (como le pasó a su padre) porque en Galicia no es muy común. y de todas las variedades posibles que tiene su YA nombre: Manolito, Manuelín, Manoel, Manolo, Lolo, Nel. . . .