Hoy es mi tercer día en el hospital y a media mañana me han hecho un ecografía rutinaria.
El tocólogo hizo una gráfica con todos los datos de las anteriores ecografías y de esta.
Y ¡sorpresa! mi bebé lleva una semana sin crecer. ¡¡¡Una semana y nadie se ha dado cuenta hasta ahora?!!
El tocólogo me informa de lo que implica y la importancia de inducir el parto y lo que utilizarán para hacerlo.
Tengo que firmar un consentimiento para inducirlo que parece un testamento. El tocólogo me pide que lo lea con alma en mi habitación y una vez que lo entregue firmado me pondrán el Propex -una especie de minitampón que segrega poco a poco una hormona que ayuda a madurar el cuello del útero y a provocar contracciones-.
Me voy con el "testamento" a mi habitación y lo entrego firmado después de leerlo atentamente.
Pasa media hora, una, dos y por mi habitación no aparece nadie. Pregunto en el mostrador y el tocólogo está atendiendo una urgencia. Sigo esperando, y esperando, hasta que a las 14h se presenta el tocólogo en mi habitación para decirme que tuvo que atender unas urgencias y lo mejor es dejarlo para mañana.
¡Increíble! En cuestión de horas mi maternidad va a tener que seguir esperando y lo más importante, mi bebé va a tener que seguir dentro de mi sin crecer no sé cuantas horas más.
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