Para llevarla a cabo, recopilé fotos de Manu desde que nació hasta ahora en las que aparecía con diferentes chupetes. A cada foto le dediqué una minihistoria que monté sobre un álbum de fotos que se abre como un acordeón y que amenicé decorando con esquineros de colores y pegatinas "viajeras".
Cada minihistoria acaba con la frase: "Un día diste un pequeño estirón. Al crecer tu chupete se fue de viaje porque sólo valía para bebés más pequeños que tú".
La penúltima minihistoria habla de lo GRANDE que se ha hecho, de las cosas que ahora puede hacer -para él lo mejor de ser un niño grande es poder comer cosas ricas, así que aproveché y esa es una de las cosas que incluí en la lista-.
El final de la historia desvela dónde fueron a parar sus chupetes, al Árbol de los Chupetes, en Estocolmo. Allí viven felices junto con los chupetes de otros niños que se hicieron grande como él.
Ahora que no existe un chupete de tu talla, tienes una sorpresa muy especial que te acompañará todas las noches como lo hicieron ellos".
En el próximo post te desvelo la sorpresa . . .
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