Estuve rompiéndome un poco la cabeza para enfocar el tema de una forma atractiva y que al mismo tiempo Manu fuera capaz de retener la información. La idea me la dieron sus libros con pestañas, tiene unos cuantos y sabe perfectamente qué se esconde tras cada una y su historia.
La idea la tenía clara, faltaba llevarla a cabo. Obviamente el trabajo tenía que hacerlo mi hijo, así que tras reciclar material, dibujar, recopilar imágenes, hacer collages y recortes, llegó el momento de darle el protagonismo a él.
Con mi supervisión pegó cada imagen y coloreó los dibujos con témpera sólida , lápices de colores y rotuladores -el pobre necesitó tres tiempos. Está claro que colorear no es la actividad que más le divierte-.
Finalmente pegamos el folio A3 sobre una base de cartón -sí, ya sé que queda un poco cutre, pero la idea es que se mantenga firme-.
Una vez listo, leímos cada ventana y repasamos la información que le fui dando el fin de semana y que conocía de clase.
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