El ayuntamiento restauró y destinó las tres casa que hay en oficinas municipales, talleres de empleo, escuela de múscia, centro social. . . Y sigue con la reforma de la finca , intentando que se convierta en un bosque animado.
Encontramos una laguna artificial con una pasarela y un Tornillo de Arquímedes. A mi peque le encantó el invento, no paraba de dar vueltas a la manivela, cerrar y abrir compuertas. . .
El paisaje es precioso y se respira paz por todo el lugar, tiene diferentes frutales, plantas aromáticas, árboles con hojas de diferentes tonalidades, pequeñas cascadas, hojas secas que tanto juego dan.
Hay un sendero con tambores, xilófonos y tubos de metal. La emoción de Manu al correr para tocar cada instrumento y animarnos a participar con él es lo más.
A lo largo del recorrido encontramos escaleras para pasar de una zona más baja a las más altas, pero también zonas de escalada para los más aventureros.
Hay zonas de juegos con toboganes para todos los gustos, pequeños, grandes, dobles en anchura, extralargos y zigzagueantes a la vez. Nos tiramos por todos. Disfrutamos como niños -bueno, mi hijo ya se sabe, cada uno disfruta como lo que es, ahora que superpapá y yo, ejem. . .-
Hicimos una parada en el auditorio y comimos a la sombra un plato tan típico como bueno de las excursiones, bocadillo de tortilla de patatas . El must have de los picnics!
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