Si estas últimas semanas fueran un examen para Supermamás estoy segura de que suspendería . No le voy a echar toda la culpa a mi hijo de mi estado de ánimo y fortaleza , porque no sería justo. Vale que por momentos es capaz de irritarme como nunca antes lo había hecho, pero sigue sin ser justo.
Hay varias
preguntas dentro de mí que no paran de formularse: "¿Qué estoy haciendo mal? ¿De verdad no puedo controlar a un niño de 2 años?¿Hasta cuándo va a durar la etapa en la que me reta a todas horas?¿En serio me considero buena madre?"
Entiendo que un niño tenga que pasar por diferentes etapas, pero reconozco que esta me está haciendo tanto daño como la que pasé desde su llegada hasta los 5 meses y medio -esta última te la contaré en una entrada a parte-.
En un mismo día puede tirar todos sus juguetes, libros y ropa por su
cuarto y parte del resto de la casa -incluyendo fregadero, cubo de basura y bañera-, deshacer cada "pieza" de la alfombra que tiene en su cuarto en forma de puzzle de goma eva, hacer caca/pis por él manchando su ropa ,suelo o alfombra y no avisar -ya hace tiempo que está sin pañal y por norma general pide pide ir al baño-, chillar, insultar y llorar como forma de protesta contra cualquier norma de orden que le imponga . . .
Los castigos los impongo y los cumplo aunque intente hacerme chantaje emocional.
Me falta una cosa llamada paciencia -creo que en tamaño industrial me vendría bien- , la próxima vez que vaya al supermercado preguntaré en qué sección la puedo encontrar y agotaré las existencias.
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